Cesáreo Gimeno Martín, más conocido como el Tío Cesáreo, que vivió entre 1910 y 2005 en Bueña, llegará a los niños del Jiloca a través de un cuento infantil que narra la historia de su pasión por el reciclaje, que materializó en una era que ahora es todo un referente turístico de su pueblo. La obra infantil, titulada La era del Tío Cesáreo, la ha realizado Javier Santos, acuarelista aficionado muy vinculado a Bueña que busca dar a conocer a un pionero del reciclaje y de los inventos no solo a las nuevas generaciones de bueñizos, sino también al resto de los turolenses y aragoneses.
El libro está ilustrado con los colores del Mediterráneo habituales en las pinturas de Santos y ofrece, a través de una amena lectura, la historia del vecino de Bueña que ya en la década de los 80 comenzó a preocuparse por la generación masiva de basuras e intentó darles una nueva vida.
Javier Santos es acuarelista y tenía en mente ilustrar un cuento infantil con la historia del Tío Cesáreo, que conoce muy de cerca porque es tío abuelo de su mujer, Montse. El proyecto arrancó a comienzos del año pasado con los primeros dibujos y se ha presentado en la Semana Santa de 2023.
Al acto, realizado en la popular era, acudieron más de un centenar de personas que agotaron los 50 libros que había editado inicialmente con Apuleyo Ediciones. Ahora ya tiene encargada la segunda edición, que será de 150, y que confía en distribuir rápidamente a tenor de la gran acogida que está teniendo el libro, incluso entre la familia Gimeno.
El cuento narra la historia real del Tío Cesáreo, “era mi tío abuelo político”, dice, para añadir que hizo de su era un lugar único al utilizar materiales reciclados para crear. En la primera parte de la obra se muestra la preocupación del hombre por el aumento de envases y basuras en su pueblo, que le lleva a tomar cartas en el asunto y acude al basurero para reciclar algunas de las cosas. Con las botellas de cristal de diferentes colores y tamaños que allí encuentra hace un camino repleto de flores y dibujos, un proceso que queda plasmado en el cuento. En la segunda parte aparece Cesáreo Gimeno sentado en un banco, también construido por él mismo, mirando las estrellas. A continuación se muestra la creación del invernadero, en el que tenía plantas y animales y que también fabricó con materiales reciclados. “Se inventó un pozo con una lavadora antigua y un cubo e hizo un molino de viento con unas persianas que se había encontrado”, explica. Los niños también fueron importantes para el artista, cuya era siempre estaba abierta, y con el fin de que disfrutaran de su espacio construyó un columpio que, al utilizarlo, hacía sonar una campanilla.
Una nueva constelación
Los alambres también constituyeron una materia prima que inspiró su creación y realizó con ellos numerosas figuras para su era, cuyas puertas eran alambradas rescatadas de las trincheras de la guerra civil, según relata Javier Santos. La publicación acaba con una mirada hacia el cielo, en la que el autor sitúa una nueva constelación, la del Tío Cesáreo, en la que se ven algunos de los trabajos realizados por el creador de Bueña.
“El cuento nos enseña que con esfuerzo, trabajo, amor, dedicación y pasión cualquier cosa se puede hacer realidad, como hizo el Tío Cesáreo, que puso todo su empeño en crear una era preciosa y sin gastar un duro”, relata el autor. Otro de los fines de su publicación es demostrar la importancia que tiene el reciclaje para preservar el medio ambiente, “algo que debemos de poner en práctica todos para hacer un mundo más sostenible”, puntualiza.
Santos es contable de profesión y un gran apasionado de la acuarela, material con el que ha pintado numerosos cuadros. La era del Tío Cesáreo es su primer libro, pero adelanta que no será el último puesto que ya está trabajando en una nueva publicación dedicada a la Ruta Verde del Reciclaje del Jiloca, que además de a Gimeno, de Bueña, incluye a los creadores de Burbáguena, José Azul, y Blancas, Jesús Guallar. “Me ha gustado la acogida que ha tenido este primero y me he animado a hacer algo más”, indica el artista, quien precisa que no se ha fijado un horizonte temporal para su publicación.
La Era del Tío Cesáreo es uno de los puntos neurálgicos de Bueña y visita obligada para todos los turistas que llegan hasta la localidad, principalmente atraídos por el yacimiento paleontológico de megaplanolites del Jurásico (gusanos de gran tamaño). En este espacio, que se ha convertido en un punto de sensibilización ambiental, se han llevado a cabo en los últimos dos años diversas actividades, algunas de ellas para garantizar el mantenimiento de los elementos que hay allí. La responsable de dinamizarlo es la Asociación Cultural A-Bueñíza-Te , a la que la familia de Cesáreo Gimeno cedió el espacio por un plazo de tres años, de los que ya han pasado más de dos.
Conservación e impulso
El Tío Cesáreo nació en 1910 y empezó en la década de los 80 a rehabilitar la era, que era un peñasco del que logró sacar vegetación. El la utilizó de huerto hasta comienzos del siglo XX, pero quedó en desuso tras su fallecimiento en el año 2005 y desde 2021 la Asociación A-Bueñíza-Te se ocupa de su conservación e impulso como foco de interés turístico. Desde A-Bueñíza-Te quieren que la era sea un jardín botánico y de reciclado de referencia en toda la zona del Jiloca y la localidad ha creado, junto con Burbáguena y Blancas, la Ruta Verde del Reciclaje en la que se muestra el trabajo de otros tantos artistas locales relacionados con el arte a partir de material reutilizado.