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¿Cómo rebatir los argumentos de un negacionista climático?

El 24 de octubre es el Día Mundial de Lucha contra el Cambio Climático, y la invitación que hacemos para este año es a dialogar sobre el tema y sobre todo posicionarlo en la opinión pública para que juntos actuemos por un futuro resiliente.

Todos los seres humanos sabemos razonar. Lo hacemos mejor o peor, pero es una función con la que venimos equipados de fábrica. Sin embargo, el razonamiento no siempre funciona como pensamos. La razón no siempre es un camino a través del que analizamos todas las pruebas disponibles a nuestro alcance para tomar la mejor decisión o buscar algo parecido a la verdad. A menudo recorremos el camino inverso. Tomamos una decisión, basada en impulsos, en emociones o en nuestras creencias, y luego intentamos razonarla y argumentarla ante los demás.

Por eso, a menudo, cuando intentamos rebatir los argumentos de un negacionista climático, usamos técnicas que no funcionan, soltando información científica, asumiendo posiciones de superioridad o ridiculizando lo que el otro cree e, incluso, enfadándonos (sobre todo, si el negacionista es alguien cercano). Afortunadamente, hay quien ha dedicado muchos años a estudiar el fenómeno y a diseñar la mejor forma de rebatir los argumentos de un negacionista climático.

Uno de los mejores trabajos lo hacen desde la Universidad George Manson de Estados Unidos y su Centro para la comunicación del cambio climático. En su web tienen muchos recursos disponibles para profundizar sobre el tema. En España, contamos con expertos que publican información a diario en Maldito Clima. Y si buscamos cómo rebatir argumentos concretos, en Skeptical Science recogen los 200 argumentos más utilizados por el negacionismo climático (y una respuesta clara para cada uno).

Hay muchos más recursos, pero ahora vamos con el cómo hacerlo.

5 CLAVES PARA REBATIR LOS ARGUMENTOS DE UN NEGACIONISTA CLIMÁTICO
Cuando escuchamos un argumento negacionista, que choca con nuestra forma de entender el mundo, lo primero que pensamos es “¿pero cómo puede alguien creerse eso?”. Así, la reacción más habitual suele ser “te voy a dar información de la buena, para que veas que no tienes razón”. Sin embargo, esta estrategia, que parece lógica, a menudo no funciona. Entonces, ¿cómo rebatimos los argumentos de un negacionista?

1. ¿Merece la pena?

Bajo el paraguas del negacionismo hay muchos tipos de personas y contextos muy diferentes. Por eso, ante un argumento negacionista, es importante pararse a pensar si merece la pena responder. ¿Está la persona abierta a ser informada y a razonar? En ese caso, hay más probabilidades de que acepte una explicación y vaya modificando su opinión con el tiempo. ¿Tiene intereses ocultos que motivan su posición negacionista? Aquí, es probable que sea muy difícil provocar un cambio de opinión, pero si tenemos la información, podemos exponer sus verdaderas razones para ser negacionista.

¿Es alguien que defiende todo tipo de teorías de la conspiración? En este caso, es probable que la persona no responda bien a ningún argumento lógico, por lo que, en función del contexto, quizá no merezca la pena entrar en conflicto (por ejemplo, si es alguien cercano durante una comida familiar). Es importante reconocer que hay personas que son inmunes a la evidencia. Rebatir sus argumentos hace incluso que estos se vean reforzados.

2. Habla desde el respeto

Si decidimos que merece la pena responder, hay que tener en cuenta que, como en cualquier discusión, es importante no mostrar una actitud agresiva ni buscar ridiculizar o menospreciar el argumento contrario. Siempre debemos intentar ponernos en la piel del otro y pensar en cómo recibiríamos nosotros los ataques si estuviésemos en esa posición. En este sentido, es bueno recordar que todos hemos “picado” alguna vez con algún bulo, así que nadie está libre de culpa.

3. Explica por qué es un bulo

En la medida de lo posible, debemos centrarnos en los hechos demostrables, remitirnos a los datos que tenemos. Pero siempre debemos exponerlos de la forma más sencilla posible, sin adoptar una posición de experto o de superioridad intelectual o moral. Podemos explicar también por qué los científicos saben lo que saben, cómo se ha descubierto, etc. Es decir, es importante facilitar al negacionista hechos y argumentos alternativos.

4. Desmonta la falacia

A menudo, detrás de los argumentos negacionistas se esconden falacias, argumentos que parecen válidos, pero no lo son. Un ejemplo habitual es decir que el cambio climático actual no está causado por el ser humano porque el clima siempre ha cambiado de forma natural. Sin embargo, que haya habido cambios climáticos naturales en el pasado no implica de ninguna manera que este también tenga que serlo. De hecho, todos los datos que tenemos apuntan a que el cambio climático actual está provocado por el ser humano.

Otra falacia habitual es la del falso dilema. Por ejemplo, tenemos que elegir entre frenar el cambio climático y el crecimiento económico y el bienestar. Por lo tanto, todo lo que busque frenar el cambio climático atenta contra nuestro bienestar. Puede parecer un argumento lógico, pero lo es. Frenar el cambio climático es también mejorar nuestro bienestar, a corto, medio y largo plazo, y podemos conseguir que las políticas de mitigación sean también positivas a nivel de economía y empleo.

También es muy utilizada la falacia de autoridad: creer algo por quién lo dice y no evaluar la validez o la evidencia detrás del argumento. En esta caso, es habitual escuchar argumentos del tipo “un premio Nobel desmiente el cambio climático”. Puede ser un premio Nobel, pero eso no lo hace experto en cambio climático. Quizá se pasó toda su vida estudiando genes, y es el mayor experto del planeta en ello, pero en cuanto a gases de efecto invernadero y dinámicas climáticas no tiene un conocimiento especialmente relevante.

La lista de falacias es muy larga (y algunas son más fáciles de reconocer que otras). Desde el Centro para la comunicación del cambio climático han elaborado un juego, Cranky uncle, para aprender a reconocer las principales falacias usadas por el negacionismo climático.

5. Mantente bien informado

Nadie es inmune a un bulo: cualquiera podría estar algún día en la posición del negacionista con el que estamos debatiendo. Hoy en día, estamos rodeados de desinformación, por eso es también importante elegir a través de qué fuentes nos informamos. Afortunadamente, hay muchos medios, plataformas y perfiles de redes sociales fiables.

Un ejemplo de ello, es el boletín de Planeta Mauna Loa, escrito por los periodistas Juan Samaniego y Tania Alonso, quienes han colaborado con Fundación Conama en la realización de esta nota especial para el Día Mundial contra el Cambio Climático. Si te gustó el contenido ¡suscríbete a su boletín!

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