La Unión Europea está cada vez más cerca de dar un paso importante para combatir el cambio climático: la Eurocámara y el Consejo de la UE (representantes de los 27 Estados miembros) han acordado este jueves reducir gradualmente, hasta su desaparición total en 2050, los gases fluorados que se encuentran en frigoríficos o aires acondicionados y que tienen un alto poder de calentamiento cuando acaban en la atmósfera. El acuerdo también confirma el fin progresivo de otras sustancias dañinas para la capa de ozono. En total, se prevé que este pacto provisional, que todavía debe ser ratificado por eurodiputados y Estados para poder entrar en vigor, evitará la emisión de hasta 500 millones de toneladas de gases de efecto invernadero hasta mediados de siglo.
“El acuerdo es un paso importante en nuestro objetivo común de luchar contra el cambio climático y nos ayudará a alcanzar nuestros ambiciosos objetivos climáticos”, ha celebrado la vicepresidenta tercera y ministra en funciones para la Transición Ecológica, Teresa Ribera. Por su parte, el relator del Parlamento Europeo que lideró las negociaciones en nombre del cuerpo legislativo, Bas Eickhout, también ha asegurado que lo pactado es un acuerdo “ambicioso” que “acabará” con los gases fluorados, “extremadamente dañinos para el medio ambiente”. A la par, ha celebrado que el acuerdo dé “claridad” y “certeza inversora” a las empresas. “Esta ley será buena para el medio ambiente y para la economía europea”, ha subrayado.
También la Comisión ha saludado un acuerdo doble —de los gases fluorados y sobre las sustancias que agotan la capa de ozono (SAO)— que, asegura, permitirá evitar en total “casi 500 millones de toneladas de nuevas emisiones” de gases de efecto invernadero hasta 2050, contribuyendo de esta manera al objetivo de la UE de reducir hasta 2030 al menos el 55% de las emisiones y llegar a la neutralidad climática a mediados de siglo.
Según ha recordado el ejecutivo comunitario en un comunicado, en estos momentos los gases fluorados son responsables del 2,5% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero en la UE. Con el nuevo acuerdo, que refuerza las actuales normas europeas sobre los hidrofluorocarbonos (HFC), el gas fluorado más comúnmente usado y que representa el 90% de las emisiones de este tipo de gas, se reducirá su uso hasta un 95% en 2030 en comparación con los valores de 2015, para rebajarlo a cero en 2050.
Para ello, entre otros, el acuerdo prevé nuevas restricciones al uso de este tipo de gas. Así, nuevos aparatos de aire acondicionado, bombas de carbón y otro tipo de equipo eléctrico como frigoríficos caseros o congeladores deberán usar los gases fluorados menos nocivos y, en algunos casos, su uso incluso estará totalmente prohibido. Estas nuevas restricciones se aplicarán entre 2025 y 2035, dependiendo de la capacidad de cada equipo de pasar a soluciones más respetuosas con el medio ambiente.
El acuerdo prevé también una prohibición de exportación de aparatos obsoletos que usen refrigerantes con un “alto potencial de calentamiento global”. Si no pueden ser vendidos dentro de la UE, tampoco podrán ser enviados a otras partes. Finalmente, la producción de HFC se recortará hasta un mínimo del 15% para 2036.
El texto negociado presenta una serie de sanciones “eficientes, proporcionadas y disuasorias” que los Estados podrán aplicar a quienes infrinjan las nuevas restricciones. Las penas van desde multas a la incautación de productos y hasta prohibiciones temporales de venta.
El acuerdo ha confirmado además la prohibición, salvo excepciones muy estrictas, de la gran mayoría de sustancias dañinas para la capa de ozono (SAO). Asimismo, se amplía la obligación de recuperar las sustancias que agotan la capa de ozono para su destrucción, reciclado o regeneración a nuevos sectores.