gobierno_aragon-logo

Los vecinos de Tramacastilla se unen para reabrir la central eléctrica del Guadalaviar y abastecer al pueblo

Tramacastilla tiene proyectada la reapertura de su central hidroeléctrica, que se abastece del río Guadalaviar y que, una vez reacondicionada y con nueva maquinaria, tendrá una potencia de 63 kilovatios. Para la puesta en marcha de esta planta, que se destinaría a autoconsumo, han creado una cooperativa energética de la que forman parte un total de 31 vecinos, además del Ayuntamiento.

La planta energética está ubicada en las inmediaciones del pueblo, junto al cauce del Guadalaviar y se abastece del agua que llega por una acequia que actualmente se utiliza para el regadío de la vega de la localidad. El paraje en el que se localiza toma el nombre de la propia central y está en las inmediaciones de la zona del Cerrado de Argalla.

El proyecto para ponerla de nuevo en marcha incluye tanto la restauración del edificio, cuyo interior está muy deteriorado, como la compra de la maquinaria necesaria para la generación eléctrica. El presupuesto asciende a 700.000 euros, 500.000 para la obra de rehabilitación del local y 200.000 para la adquisición de las turbinas de generación. No obstante, se elaboró hace un par de años, por lo que podría verse incrementado dada la subida en el precio de los materiales.

Para poder desarrollar el proyecto, la comunidad energética se ha constituido como tal y ha solicitado una ayuda al programa europeo DUS 5000, que concede subvenciones a iniciativas locales singulares de energía limpia en municipios de reto demográfico. Todavía no saben si dispondrán de esta ayuda, única forma de que la idea sea viable debido al importante desembolso que entraña la reapertura de la fábrica de luz.

Ahorro del 50%

En Tramacastilla el proyecto ha contado con un gran respaldo entre las familias residentes y la alcaldesa, Clara Benito, confía en que se sumen nuevos socios a medida que avance la iniciativa. Los cooperativistas deberán seguir pagando los costes mínimos de abastecimiento con su compañía habitual, pero obtendrán un ahorro del 50% en el precio por kilovatio en el consumo. El cálculo, según explica el ingeniero que ha desarrollado el proyecto, Paco Olivas, se ha hecho teniendo en cuenta los costes actuales por kilovatio, por lo que el ahorro podría variar. Por ahora, han desembolsado los cien euros necesarios para constituir la cooperativa energética y desarrollar el proyecto que han presentado a Europa.

Con la energía producida, que son 341.000 kilovatios/hora, es suficiente para abastecer a los domicilios de todos los socios y también a los edificios municipales y al alumbrado público. En este sentido, Olivas comentó que la central podría abastecer a muchos más hogares y calculó que podrían beneficiarse en torno a un centenar de familias, por lo que la participación sigue abierta. Entre los cooperativistas hay tanto vecinos habituales como personas que tienen en la localidad su segunda residencia.

Se ha calculado una potencia por domicilio de 5 KW, una cantidad suficiente para dar servicio a una vivienda particular. Una vez abastecidos a todos los integrantes de la cooperativa, habrá energía restante para vender a la red y, según los estudios realizados para el proyecto, supondrá unos ingresos para el Ayuntamiento que rondarán los 40.000 euros.

Clara Benito adelantó que no habrá reparto de dividendos entre los socios puesto que, según se recoge en los estatutos, ese superávit lo gestionará el consistorio para la realización de inversiones en el municipio.

El coste de mantenimiento de la central es de entre 3.000 y 4.000 euros anuales, según detalló el autor del proyecto energético para Tramacastilla. La alcaldesa señaló que con un operario de mantenimiento sería suficiente.

La constitución como cooperativa era necesaria para poder acceder a las ayudas públicas, pero el objetivo del Ayuntamiento es no solo beneficiar a los socios, sino a la población en general con el ahorro que supondrá la factura eléctrica municipal, puesto que la energía se producirá tanto de día como de noche y dará servicio a los edificios públicos y al alumbrado de las calles.

En este sentido, la regidora municipal aspira a que las ventajas energéticas que tendrán los vecinos sirvan de acicate para la llegada de nuevos pobladores. Además, Benito justificó que se trata de un proyecto verde que surge a partir de una central “que ya tenían nuestros abuelos”, dijo.

En cuanto a las autorizaciones de la Confederación Hidrográfica del Júcar, confían en no tener ningún problema puesto que el caudal que necesitan, 500 litros por segundo, ya lo tienen adjudicado para riego, solo necesitarían ampliar los usos. En este sentido, la alcaldesa comentó que el agua utilizada para la generación eléctrica se vierte de nuevo a la acequia, como se hacía antaño, y no hay ninguna merma. Con el caudal que tienen asignado los regantes, en el que ya está previsto el caudal ecológico, es suficiente para la generación eléctrica prevista.

Clara Benito reconoció que el proyecto es inviable si no les conceden la totalidad de la subvención o, al menos, una gran parte, puesto que el número de integrantes de la comunidad energética no podría hacer un desembolso tan alto y el consistorio tampoco tiene recursos económicos para ello.

Placas solares en otra fase

El proyecto está orientado al autoabastecimiento, por lo que la energía debe de consumirse a una distancia de medio kilómetro del lugar donde se genera, según la normativa actual. Por eso, para poder ofrecer el servicio también a dos empresas que están alejadas del casco urbano, si el proyecto funciona se haría una segunda fase que consistiría en la colocación de placas solares en el techo del cementerio y en el del colegio para generar electricidad destinada al hotel El Batán y a la cementera, ubicados en la salida del pueblo y que también han mostrado interés por participar en la iniciativa de autoabastecimiento energético.

Tres propietarios

Esta central hidroeléctrica del Guadalaviar se puso en marcha en la década de los 30 del pasado siglo para abastecer a las localidades de Tramacastilla, Noguera de Albarracín y Frías de Albarracín. Funcionó hasta principios de los años 70, cuando llegaron las empresas energéticas a la serranía. Para reabrir la planta, el Ayuntamiento de Tramacastilla ha llegado a un acuerdo con el de Frías y comprarle su parte, mientras que Noguera firmará una concesión de uso durante un largo periodo.

El edificio que se quiere recuperar consta de dos plantas, en la baja se colocará toda la maquinaria –la antigua ha sido desmantelada con el paso de los años– y la superior, que antaño estaba destinada a vivienda de los trabajadores, quedará diáfana.

Noticia completa en Diario de Teruel. Cruz Aguilar

Comparte en tus redes sociales